Manifiesto constitutivo de la Corriente Obrera Revolucionaria Internacional – Cuarta internacional

Los ataques contra la clase trabajadora y los más pobres del mundo se intensifican desde la crisis económica de 2008. Los grandes empresarios y sus gobiernos de todas las vertientes (desde la ultraderecha hasta los llamados “progresistas”, que unen a reformistas y burgueses) buscan generar destrucción e incrementar la explotación para aumentar sus ganancias, acumulando aún más. Y además generan cambios ambientales sin precedentes, que amenazan la propia vida en la Tierra.

Al mismo tiempo, las luchas son heroicas, en cada rincón del mundo. Hemos visto en los últimos años la fuerza de la resistencia ucraniana, a la cual apoyamos para que derrote al invasor Putin y luego pueda ajustar cuentas con la burguesía ucraniana y sus simpatizantes.

Aún más impresionante es la resistencia palestina, que sigue viva pese el avance de la limpieza étnica sionista, y tiene apoyo de masas alrededor del mundo, como vimos en la reciente huelga en Italia. No solo estamos juntos al pueblo palestino, sino que también defendemos que se levanten los pueblos de la región y del mundo en pie de guerra para destruir el Estado de Israel, haciendo posible la existencia de una Palestina única, laica, democrática y no racista, del río al mar.

En las últimas semanas, vimos también muchos otros ejemplos de revueltas muy importantes: Ecuador, Francia, Nepal, Indonesia, Angola y Serbia, para poner unos pocos ejemplos. Son todas luchas que empezaron a partir de una gota que desbordó el vaso de la indignación, lleno de tanta explotación, opresión y humillación hechas por la burguesía internacional y las nacionales.

Es común en esos movimientos la falta de un partido revolucionario: una organización que pueda ubicarse como dirección de esos procesos y con un programa revolucionario. O sea: que presente una política justa para las demandas inmediatas y que pueda conectar esas reivindicaciones con la necesidad de la toma del poder por la clase obrera y el conjunto de la clase trabajadora. Ese es el espíritu del Programa de Transición [de la IV Internacional]: salvo el poder todo es ilusión, como expresaba Lenin.

Para lograr estos triunfos revolucionarios y evitar que sean derrotados o desviados es indispensable enfrentar a las organizaciones que se dicen de izquierda o “progresistas” y sus políticas. También es necesario afirmar con claridad que todos los gobiernos burgueses (sean de derecha y represivos o “progresistas” y supuestamente más “democráticos”) son enemigos mortales de los trabajadores.

NUESTRA RUPTURA CON LA LIT Y LA FDR

El pasado XVI Congreso Mundial se inició con la expulsión de la delegada del MIT chileno Y un delegado del PSTU brasileño, ambos electos democráticamente y certificados por la comisión de credenciales. Además, se expulsó a un miembro del CEI y a la responsable de formación de la LIT.

Los motivos de estas expulsiones, hasta hoy la mayoría de la dirección de la LIT-CI no los puede explicar coherentemente. Por un lado dice que fue por la ruptura sistemática del centralismo democrático (cuando en realidad solo uno de estos cuatro expulsados había cometido dos faltas que ya habían sido sancionadas y las sanciones cumplidas). El otro argumento fue que eran parte de una fracción secreta permanente, aunque todos ellos se habían comprometido públicamente a disolver su fracción y acatar todas las resoluciones del congreso.

De esta forma un pre-congreso que tuvo cientos de plenarias y una elección de delegados sin cuestionamientos, fue violentado cuando una mayoría decide expulsar delegados democráticamente electos de una fracción minoritaria que cumplió con todas las reglas estatutarias para conformarse.

Poco le importó a una mayoría que venía usando métodos fraccionales hace tres años, que la totalidad de los delegados electos por la base del PSTU brasileño y el MIT se realizara de manera democrática.

Desde que la mayoría [del CEI de la LIT] aprobó la propuesta de expulsar a la FDR, la TOUPI (Tendencia Obrera por la Unidad Principista de la Internacional, de la cual fuimos parte) fue el único agrupamiento que luchó coherentemente por la unidad principista de la LIT.

Esto lo demostramos mediante la convocatoria a una reunión de las secciones y grupos de América Latina que estuvieran contra las expulsiones, a la cual adhirieron la amplia mayoría de organizaciones latinoamericanas. Además, propusimos un protocolo para evitar la expulsión, sin embargo tanto la mayoría como la FDR se manifestaron en contra de él. 

Ante este hecho, como ya habíamos informado a la base de la internacional previamente, decidimos abandonar el congreso mundial y la LIT, porque consideramos que la organización pasa a tener un régimen centralista burocrático al no respetar el derecho de las minorías políticas debidamente organizadas y expulsarlas de la organización.

La principal responsable de esta crisis y su desenlace burocrático es la mayoría que hoy sigue dirigiendo la LIT. Desde hace tres años siendo mayoría política la ha usado de forma burocrática para expulsar de sus tareas a camaradas que tienen otra visión política. Por ejemplo, en octubre del 2024 retiró del consejo editorial de la revista Marxismo Vivo a todos los integrantes que expresaban posiciones minoritarias. Un problema mucho más grave fue que cuando tres secciones nacionales pidieron la realización de un Congreso Extraordinario, la mayoría del CEI se negó a convocarlo, tal como era su obligación de acuerdo a los estatutos de la organización.  

Pese a los desvíos burocráticos de la mayoría y su salto de calidad en este XVI Congreso Mundial, ellos no son los únicos responsables. La fracción que se agrupó bajo la FDR actuó como una minoría política que nunca aceptó el hecho de que había surgido una nueva mayoría en el CEI, con otra comprensión política apoyada por una mayoría de la base de la internacional.

En ese marco actuó con un método de amalgamas de acusaciones morales y diferencias políticas. Realizó agitaciones ultimatistas que no ayudaban a clarificar los debates y comenzó hacer apologías de las faltas que miembros de la FDR cometieron en el marco del centralismo democrático.

Por estos hechos, caracterizamos que esto es el desenlace de una guerra fratricida que tuvimos dentro de la LIT en los últimos años, donde dos sectores regresivos fueron victoriosos en su política de dividir nuestra antigua internacional.

No pretendemos ocultar que tenemos diferencias políticas y de balance con ambos sectores rupturistas. Sin embargo, nuestra ruptura se da centralmente por motivos de régimen. Reiteramos que la principal responsabilidad es de la mayoría. Por eso, nos organizamos para intentar derrotar en primer lugar las expulsiones. Lo hicimos sin caer en la “guerra fratricida” y la política rupturista que realizaba la FDR. Es decir que para defender la unidad principista de la LIT también debíamos derrotar, en segundo lugar, la política rupturista de la FDR.

Al consolidarse las expulsiones y, por lo tanto, una ruptura forzada que dividió de nuevo a la corriente morenista sin haber agotado los debates políticos y programáticos, hemos tomado la decisión de romper de la LIT y construir una nueva organización internacional que también será independiente de los camaradas expulsados de la ex FDR que mantienen su metodología de “guerra fraticida”.

¿QUIÉNES SOMOS?

Somos un grupo de camaradas que fuimos parte de la TOUPI en el XVI Congreso Mundial y tenemos militancia en Argentina, Bélgica, Brasil, Chile, Costa Rica, El Salvador, Francia y Honduras. Dimos una batalla por evitar la ruptura de la LIT, sin embargo, fuimos derrotados y hemos decidido pasar a construir una nueva organización internacional que sirva de embrión para la reconstrucción de la IV Internacional.

Nacemos y nos reivindicamos como parte de la corriente morenista. Nuestra base conceptual son las Tesis de Fundación de la LIT y sus estatutos, votadas en 1982¹. Reivindicamos como nuestra tradición la trayectoria que nació desde el GOM argentino, en la década de 1940, que fue vanguardia en la lucha contra el revisionismo en las filas del trotskismo.

Una corriente que tuvo la obsesión de construirse en la clase obrera y la comprensión de que sin una internacional revolucionaria que funcione mediante el centralismo democrático internacional, toda organización trotskista nacional degenerará.

Reivindicamos con base a la obra de Nahuel Moreno que nuestra tarea es la lucha por nuevas revoluciones como la Octubre de 1917, que coloquen a la clase obrera al frente de nuevos estados obreros que sean pilares para la revolución mundial.

Iniciamos la construcción de una nueva organización internacional reivindicando las bases fundacionales de la LIT-CI que, a nuestro modo de ver han sido dejadas de lado por esta organización. En especial el carácter imprescindible de un régimen centralista democrático sano que el bloque mayoritario de la dirección ha abandonado.

Resumimos a continuación lo que consideramos los ejes fundamentales de las Tesis fundacionales.

  1. a) Al igual que la III y la IV Internacional, nuestro objetivo final es la revolución socialista internacional para superar la crisis cada vez más profunda en que el capitalismo imperialista hunde a la humanidad. Tal como ya había afirmado Marx, esa tarea histórica sólo podrá ser llevada adelante por la clase obrera, a través de la toma del poder que imponga la dictadura del proletariado.
  2. b) Para impulsar y encabezar esta tarea, es necesaria la construcción de una organización revolucionaria internacional centralizada democráticamente, según el modelo de la III Internacional en sus cuatro primeros congresos (1919-1923)². En 1938, Trotsky fundó la IV Internacional para defender este modelo y darle continuidad porque había sido destruido por el estalinismo. Ese es nuestro objetivo, guardando las proporciones en cuanto al estado y desarrollo de nuestra organización.
  3. c) Combate permanente contra diversos revisionismos y también contra las concepciones federativas de construcción de la IV y lo que llamó “nacional-trotskismo”.
  4. d) En este modelo de internacional, un régimen centralista democrático sano es una cuestión de principios (incluso superior a las posiciones y/o diferencias políticas).
  5. e) La defensa incondicional de una moral revolucionaria que rechazase el método de “vale todo” en las relaciones entre organizaciones revolucionarias y en sus debates internos.
  6. f) Esta organización internacional y sus secciones nacionales deben construirse imprescindiblemente y principalmente en la clase obrera (en especial en el proletariado industrial). Este es el sector de la sociedad en que puede arraigarse el programa de la revolución socialista mundial, el que tiene la capacidad de destruir al capitalismo y al imperialismo. En caso contrario, cualquier organización será muy propensa a adaptarse a las “modas políticas” predominantes en la vanguardia en cada período y, tarde o temprano, se deformaría y se degeneraría.

Creemos que las Tesis de Fundación de la LIT-CI “han pasado la prueba de la historia” en su contenido esencial.  Eso no quita señalar lo que consideramos una falta importante y que es necesario corregir, es la política de los partidos revolucionarios hacia los sectores oprimidos.

La revolución socialista sólo será posible si la clase obrera toma y hace como propias las reivindicaciones de los sectores oprimidos, no sólo levantando sus banderas, sino combatiendo las opresiones dentro de las organizaciones de la clase.

Nuestra tarea es ganar a la clase obrera a que tome estas reivindicaciones como propias. Desde ahí debemos ganar a un sector de quienes luchan contra las opresiones a romper con las direcciones burguesas y policlasistas, para que asuman como propio el programa obrero de la revolución socialista mundial.

También reivindicamos lo esencial de otras elaboraciones de Moreno que consideramos vigentes, por eso nos reivindicamos morenistas. En ese marco, no consideramos a Moreno como un “profeta” ni tomamos sus escritos como una “biblia”. No nos reivindicamos morenistas por reivindicar la persona, sino porque reivindicamos los aportes programáticos como el mejor esfuerzo de continuidad en el desarrollo del marxismo y como un punto de apoyo fundamental para seguir elaborando en la realidad actual.

También queremos hacer aportes y debates sobre aspectos de las elaboraciones que consideramos débiles. Entre otras cosas queremos entender el estallido de la corriente en los 90, del que aún no hay un entendimiento global y al que en ciertos aspectos nos parece estar ligada la crisis actual.

En los últimos treinta años reivindicamos el proceso que vivió la LIT en su reconstrucción luego de la explosión en la década de los 90s. Tomamos como parte de nuestro acervo la política que se tuvo frente al castro chavismo, el combate a los partidos anticapitalistas y el apoyo a las revoluciones que ha habido durante este siglo XXI. Estaremos siempre al lado del movimiento de masas frente a las dictaduras, en la defensa de su soberanía nacional contra el imperialismo.

Nacemos reivindicando el análisis sobre los procesos del Este europeo, China y Cuba en los que, primero, la burocracia estalinista restauró del capitalismo y luego hubo revoluciones que acabaron con los regímenes de partido único. También las elaboraciones sobre “La participación de los revolucionarios en las elecciones” de 2016 y las “Notas sobre la evolución del proletariado industrial” discutidas en el Congreso de la LIT del 2018. Reivindicamos también parte importante de las elaboraciones votadas en los congresos anteriores de esta organización. Con otras tenemos diferencias que debatimos en su momento.   

Además, para nuestra corriente será fundamental retomar la necesidad de construir organizaciones conspirativas. Luego de décadas de estabilidad de la democracia burguesa en muchos de nuestros países, hemos sufrido una fuerte presión para adaptarnos a la idea de que el Estado burgués no hará lo que sea necesario para acabar con la militancia revolucionaria. Eso lo muestra hoy el régimen de Bukele en El Salvador o como fue la represión en Chile durante el estallido social.

NUESTRO PROYECTO

Nuestro proyecto nace de la convicción de que la militancia revolucionaria sólo cobra sentido si tiene como centro y eje permanente la lucha por la dictadura del proletariado.

Militar con esa orientación implica que cada acción, cada intervención y cada debate están subordinados al objetivo estratégico de que la clase obrera se constituya en clase dirigente y reorganice la sociedad sobre nuevas bases. No buscamos acomodarnos en el régimen burgués ni adaptarnos a sus ritmos. Trabajamos para preparar a las masas para la toma del poder y la edificación de un Estado Obrero.

Para que esa perspectiva deje de ser una aspiración y se convierta en fuerza material, asumimos como tarea primordial desarrollar una corriente socialista y revolucionaria en el seno de la clase obrera. La conciencia de la clase no nace automáticamente de su posición social; por eso nos proponemos un trabajo paciente y constante de agitación y propaganda en los lugares de producción, estudio y vida cotidiana.

Queremos ganar, mediante la experiencia concreta de la explotación y la opresión, a un núcleo cada vez más amplio de trabajadores y trabajadoras para un programa marxista que identifique al capitalismo como el enemigo central y a la dictadura del proletariado como horizonte inmediato. En ese proceso de politización y organización se forjará el partido que unifique a los sectores más avanzados y los convierta en dirección.

Las luchas económicas y las organizaciones sindicales son para nosotros escuelas de guerra y altavoces de nuestras ideas. Intervenimos en ellas no para disputar cargos ni administrar migajas, sino para demostrar en la práctica la necesidad de la independencia de clase y la validez de nuestro programa.

Cada huelga, cada protesta, cada conflicto obrero es una oportunidad para explicar que sin un proyecto político propio las victorias son efímeras. A partir de esas experiencias buscamos ampliar nuestra influencia, formar cuadros y tejer lazos con los luchadores sindicales y la base obrera de los sindicatos que hagan posible la transición del sindicalismo defensivo al combate político contra la burguesía.

Nuestro proyecto es inseparable de un internacionalismo militante. La revolución no será obra de un solo país ni de una sola organización, y por eso fortalecemos el vínculo y el apoyo a todas las luchas internacionales: desde la resistencia heroica del pueblo palestino hasta el enfrentamiento de los trabajadores en Ucrania, Ecuador u otros países.

No se trata sólo de aportar, desde nuestras modestas fuerzas, a la victoria de esos procesos. Se trata, sobre todo, de explicar a la clase obrera de cualquier parte del mundo que estas luchas son suyas. Que la suerte de un obrero en San José de Costa Rica o San Pablo en Brasil está ligada a la de un obrero en Gaza o Kiev. Esta solidaridad activa nos permite elevar la conciencia internacionalista y señalar que la emancipación será obra colectiva o no será.

Nuestro proyecto articula estrategia y tareas inmediatas: construir un partido bolchevique enraizado en la clase obrera, propagar un programa que tenga por norte la dictadura del proletariado, intervenir en las luchas sindicales para transformarlas en escuelas de cuadros y articular la solidaridad internacionalista como práctica cotidiana. Sólo así podremos contribuir a resolver la crisis de dirección que atraviesa el movimiento obrero y sentar las bases de una nueva Internacional revolucionaria.

SOBRE LA POLÍTICA DE REAGRUPAMIENTO

Es a partir de desarrollar esas definiciones y orientaciones y los aspectos programáticos que involucran, que queremos explorar la posibilidad de reagrupamiento con otras organizaciones trotskistas que se reivindican de la IV Internacional, y con otras organizaciones que se reivindiquen de izquierda revolucionaria y que compartan la necesidad de luchar por la dictadura del proletariado.

Entendemos que combatir la dispersión de los revolucionarios es una tarea vital, pero también entendemos que, para hacerlo de manera sólida, no basta con “juntarse”. Son necesarios proyectos que partan de un entendimiento común de los problemas que llevan a la situación actual y se propongan cambiarlos.

En este sentido es que queremos usar como herramienta el criterio que usó Trotsky para reagrupar sectores previos a la fundación de la IV. Él se opuso a reagrupar a todos los grupos que rompían con la Tercera Internacional³ y propuso la discusión del programa, la táctica y el régimen [de funcionamiento] no desde fórmulas abstractas sino desde las experiencias concretas³. Este creemos que es el método correcto y por eso nos parecen equivocadas y formales las tácticas como “Conferencias abiertas” que realizan algunas corrientes como la FT.

También nos parece equivocado el llamado de nuestros recientes ex camaradas de la FDR a un encuentro de todos los que rompimos con la LIT-CI para discutir cómo encarar la reconstrucción de la IV, omitiendo discutir las diferencias metodológicas y concepciones de régimen que venimos discutiendo hace años.

Creemos que este llamado parte de una incomprensión total de cómo las cosas llegaron hasta acá y de qué es necesario hacer para no volver a repetir una y otra vez la historia que parece condenarnos a la dispersión. Eso no quita que consideremos a ambos sectores con los que rompimos (la LIT-CI y la FDR) como revolucionarios.

Pese a su degeneración metodológica y sus concepciones de régimen, ninguno de los dos sectores han traspasado pasado la barrera de clase y de principios, en los hechos de la lucha de clases. Por eso queremos tener relaciones fraternales, que permitan en un futuro, si la intervención en la lucha de clases lo permite, un nuevo reagrupamiento.

Somos conscientes de la difícil tarea que estamos encarando y de las debilidades que tenemos para hacerla. No creemos ser los únicos revolucionarios del mundo ni tener la verdad revelada, y confiamos en que, en la medida que tengamos un proyecto sólido, podremos encontrarnos con otras y otros en el camino que potenciarán el desarrollo estratégico.

Sabemos que la marcha que ahora emprendemos será larga y los tiempos serán duros. Pero confiamos en que los proyectos colectivos pueden contrarrestar las debilidades individuales; confiamos en el marxismo y el materialismo dialéctico como el método para comprender la realidad y en la práctica revolucionaria como única forma de transformarla. Eso lo ha probado la historia.

Confiamos en la clase obrera: confiamos profundamente en nuestra clase, que sigue siendo la que crea la riqueza y por eso la que puede encabezar la revolución que cambie la estructura base de la desigualdad y los indicios de barbarie a los que ya se atisban. Estructura que también da base a las relaciones de opresión que queremos erradicar.

Confiamos en poner nuestro máximo esfuerzo para aportar nuestro grano de arena a la construcción de una dirección revolucionaria que pueda cumplir su cita con la historia. Aquí vamos.

¡VENGA CON NOSOTROS A CONSTRUIR JUNTOS UNA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL OBRERA! ¡VENGA A LA CORI-CI!

firman:

Voz Obrera Socialista- Argentina

Voz Operaria Socialista- Brasil 

La Voz Obrera- Chile 

Partido de la Clase Trabajadora- Costa Rica

Partido de la Clase Trabajadora- El Salvador 

Militantes de Belgica-Francia y Honduras 

Notas:

1) Las Tesis Fundacionales de la LIT-CI:

https://archivoleontrotsky.org/view?mfn=27410

2) Los 4 primeros congresos de la III Internacional

3)“La propuesta de citar a una Conferencia a todos los grupos [que habían roto con la III Internacional] () demuestra una total falta de comprensión de las condiciones y leyes del desarrollo de una organización revolucionaria y de los métodos de selección y educación de sus cuadros. No sólo rechazamos sino que condenamos tal actitud por estar en aguda contradicción con la política organizativa del marxismo”

“En el terreno de nuestras relaciones con el SAP, el problema debe reducirse al programa, táctica y el régimen del nuevo partido. Es obvio que lo que se necesita no son fórmulas generales abstractas sino la constatación, sobre el papel, de todas las experiencias de los últimos años en que participaron ambas organizaciones”